Nuevas tecnologías de la educación en España
La Fundación Auna acaba de publicar en sus Cuadernos de la Sociedad de la Información un interesante monográfico sobre “Las nuevas tecnologías en la educación” a cargo de Rocío Martín-Laborda. Es de agradecer tal esfuerzo de la empresa privada, tras años en los que la Administración ha mantenido una sequía informativa sobre estos temas.
Sólo el 13,8 por 100 de los centros públicos de Educación tienen página web
La primera parte del estudio contiene datos muy interesantes sobre la conexión a Internet en los centros educativos, el grado de utilización del ordenador con fines educativos etc. Aunque para muchos de estos indicadores no se dispone de datos actualizados, las estadísticas recogidas dejan una impresión de insuficiencia. A modo de ejemplo, sólo el 13,8 por 100 de los centros públicos de Educación infantil, primaria y secundaria tenían página web hace dos años.
Proyectos con escasa coordinación
Aunque han sido muy diversas las iniciativas llevadas a cabo por las Administraciones Públicas en favor de la nuevas tecnologías en la educación, de la lectura del informe sacaría la impresión de que tales iniciativas han sido insuficientes, además de la carencia de un proyecto de entidad y la escasa coordinación entre las diversas iniciativas llevadas a cabo durante los últimos años.
Una Universia de la educación preuniversitaria
Universia es un proyecto único en el mundo impulsado por casi 900 universidades de más de diez países con el decisivo apoyo del Banco de Santander y en sus orígenes del papel motor de las universidades españolas.
Hoy es un modelo de desarrollo avanzado de la sociedad de la información en las universidades que permite integrar y vincular la fuerte innovación asociada a las TICs, potenciar las sinergias de todo tipo y ayudar a paliar las deficiencias y carencias derivadas de fenómenos como el de la brecha digital.
Quizás es el modelo de referencia que las Administraciones Públicas debieran para provocar un proyecto de entidad que acelere el desarrollo de una implantación real de las nuevas tecnología de la educación en España. Por diversas razones que son fáciles de adivinar:
• Formación del profesorado. Una implantación real exige una formación activa y continua de la práctica totalidad del profesorado. En el ámbito universitario se han desarrollo iniciativas y programas capaces de abordar en la extensión y profundidad los temas formativos, con centros especializados y titulaciones o créditos que pueden ser reconocidos oficialmente.
• Innovación y cambio. Las nuevas tecnologías en educación están sometidas a fuertes innovaciones y cambios relevantes, cuya adopción requiere de un ámbito interdisciplinario en el que tecnología, pedagogía, didáctica, etc. fomenten un debate permanente. La necesidad de “acumular y compartir experiencias y buenas prácticas” es una de las conclusiones que se recogen en el estudio citado.
• Globalidad. El sistema puede tender a la dispersión de esfuerzos, si no se valora desde una concepción global aquellos avances significativos o aquellos proyectos en los que las economías de escalas o la suma de esfuerzos sean imprescindible para su avance y progreso (Bibliotecas conjuntas de objetos de aprendizaje, plataformas tecnológicas, intercambio de experiencias muy especializadas…). El propio informe hace referencia a la creación de un “portal educativo nacional” que aglutine esfuerzos.
• "Escalabilidad". La mayor idoneidad de la implantación de la nuevas tecnologías de la educación en España se daría si se toma el propio sistema educativo en su conjunto. Esto es, una formación que se realizara pensando en las exigencias formativas de los alumnos tanto de la educación primaria, secundaria o superior siempre con solución de continuidad.
Alfabetización digital y educación
El objetivo de incrementar la calidad y la eficiencia de los sistemas de la educación ya de por sí justificaría acciones de envergadura ligados al empleo de las nuevas tecnología en la educación. Las últimas evaluaciones internacionales de la educación llevadas a cabo por organismos supranacionales dejan a España en un mal lugar.
Los objetivos de alfabetización digital del Gobierno actual deberían partir del aprovechamiento de aquellas iniciativas que han propiciado resultados positivos en el difícil y complicado marco que la sociedad de la información ha vivido en todo el mundo y, muy especialmente, en España. Quizás no haya que inventar nada nuevo. En todo caso, sí son urgentes acciones que ayuden a recuperar el tiempo perdido.
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